EL AGENTE V71

Después de asearse y desayunar sin prisas, cuando se disponía a comenzar su trabajo, llamaron a la puerta.

¿Quién podía ser? Nadie sabía que estaba allí. Sin duda habrían comprobado su huida del hospital y venían por él.

¡No tenía escape!

Se rindió ante la evidencia y abrió la puerta.

Eran militares gubernamentales.

 —Agente V71, somos de la Jefatura Militar y se nos ha ordenado que nos acompañe ante la presencia del Mayor C60.

—Está bien, permítanme que recoja lo que estoy trabajando y enseguida estaré con ustedes.

—Me temo que no les vamos a permitir que cometa ningún disparate. Somos expertos y nosotros mismos nos ocuparemos de sus documentos, Ud. vaya delante y no se preocupe por lo demás.

—Como quieran —contestó resignado—, pasen y tomen todo lo que les parezca.

Estuvieron un rato indagando y tomando nota de lo que iban requisando. Cuando terminaron, recogieron todo y salieron con V71 esposado.

Escoltado por cuatro militares fue conducido al departamento del Superintendente Mayor C60.

—¿Habéis comprobado su trabajo?

—Si Señor. Tenía el original intacto, pero estaba tratando de reproducirlo enmendando el informe según se le había ordenado.

—Muy bien. Agente V71, ¿qué pretendía hacer con el material original? ¿A caso manipularlo para no verse comprometido antes de entregármelo como le ordené después de haber entregado su trabajo al Supremo Consejo?

—Yo Señor…. No sé qué decirle… No tengo ningún plan personal… Yo…

—No se esfuerce en ganar tiempo para buscar una respuesta convincente.

—No es eso. La verdad es que sólo trataba de cumplir con el trabajo que se me había encomendado, pero les aseguro que no he tocado nada del original.

—¿Por qué eres tan cobarde? ¿Por qué no tomas una decisión valiente y te determinas de una vez por todas a aceptar el que has sido elegido para proclamar lo que habéis visto y oído?

—¿Cómo Señor…? ¡No entiendo!

—Si, Agente. Habéis hecho un buen trabajo y sería una lástima que se perdiera tanto esfuerzo, tiempo y dinero. Estaba en lo cierto desde el principio de que formabais un buen equipo. Erais la pareja idónea para llevar a cabo este proyecto. Estamos orgullosos de vosotros, aunque hemos tenido que correr el riesgo de la pérdida de una buena Agente. Pero si a estas alturas te echas atrás, tomaremos el material original y nosotros seguiremos el plan sin contar contigo. Aun sin ti este proyecto seguirá adelante.

—¿Cómo…? Un momento… ¿Me puede alguien explicar de qué va todo esto?

—Va de que te hemos metido en un asunto más complicado de lo que tú creías en un principio. Ya es hora de que nos vayas conociendo. Somos un grupo de ciudadanos incómodos con la vida tan superficial y superflua que llevamos en esta generación, y sabiendo que podemos dar un sentido más profundo a nuestra existencia, se nos ocurrió investigar a aquel colectivo humano que nos parecía interesante para nuestros planes. Aprovechando el proyecto del Gobierno sobre el estudio de las etapas de la Historia, introdujimos nuestros propios propósitos y os enviamos para recopilar datos a favor de nuestros propios fines.

—Entonces… ¿Todos los documentos…?

—Si, todo hay que conservarlo, y si es posible con tu experiencia mejorar aún la descripción de lo narrado, porque estamos decididos a que S.H. sea también el Señor de nuestra Historia. Estamos convencidos de que, aunque los humanos se empeñen y haya mártires como M95, EL sigue queriendo tomar parte de la existencia humana desde los corazones de buena voluntad y por eso suscita personas de gran empuje para ser su voz hasta que un día todo culmine con un cielo nuevo y una tierra nueva.

 —Esto quiere decir que…

—Si, que podrías haber echado a perder el esfuerzo de tantas personas que hemos trabajado para hacer posible esta investigación.

—¿Qué pretende decirme con todo esto, que todo era una farsa?

 —No todo. Pero nosotros somos un grupo lo suficientemente influyente como para poder cambiar el sistema y embarcarnos en esta empresa que sin duda nos llevará a comprender el sentido pleno de la existencia humana, contigo o sin ti.

V71 se quedó estupefacto. ¿Había oído bien? Le miraba boquiabierto, no salía de su asombro. ¿Estaría aún bajo los efectos de una nueva pesadilla?

—No lo comprendo. ¿Qué es lo que realmente quieren de mí?

—Tienes que aceptar que eres especial. Lo comprendí en cuanto te vi en la academia. He conocido a algunas personas con tus mismas cualidades, pero tú tienes algo que no puedes ignorar.

—¿Por qué? —gritó angustiado llevándose las manos a la cabeza y dando un giro sobre sus pies.

—Tranquilízate, siéntate y cuéntame tus últimas inquietudes. Tienes que confiar en mí, ya ves que te he hablado con sinceridad, por eso te pido que deseches tus prejuicios y te abras ante mí, es el único camino para poder trabajar juntos.

Mientras trataba de dominar los excitados latidos de su corazón, empezó a contarle sus últimas pesadillas. A medida que proseguía el relato sus nervios se aplacaban y la serenidad del Superintendente le iba llenando de confianza. ¡Era fantástico poder hablar con alguien que le escuchaba, que comprendía sus problemas y sus sentimientos!

C60 permanecía en silencio, asintiendo unas veces y otras sacudiendo la cabeza para mostrarle su comprensión.

Cuando V71 terminó el relato, se sentía exhausto y al mismo tiempo satisfecho. El compartir su difícil situación con alguien le había aliviado mucho, era como el haberse quitado una losa de encima. Ya no estaba solo, pues existía alguien que sabía todo cuanto le inquietaba.

—¿Y ahora qué? —le preguntó C60.

El calló durante unos minutos y luego dijo:

—Me siento algo confundido y desconcertado. Después de vivir lo que le ha sucedido a mi compañera ¿pretende decirme que debo aceptar el hecho de ser…?

—Sinceramente, creo que no hay vuelta de hoja, hemos llegado a un punto en el que debes de aceptar el motivo de tu existencia.

—Es que… No me importa si no me creen eso no es cosa mía, pero recuerde que yo vine aquí con muchos prejuicios y me temo que aún no he vencido todos mis miedos.

—Cierto, pero debes admitir lo que la vida te ofrece. Debes aprender a ser dúctil y maleable para borrar de ti todo prejuicio y conocimientos que obstaculicen el cambio, sólo así conseguirás aceptar tus circunstancias. Entonces estarás listo para pasar al siguiente nivel. Si no aceptas… Mejor dicho, si no te aceptas, nunca tendrás la satisfacción de realizarte como persona.

—Entonces, ¿Usted también cree que todos los hombres tenemos un proyecto de vida al que no debemos renunciar si queremos llenar nuestra existencia?

—Así es. Permíteme que te recuerde tus propios conocimientos. Sabes muy bien que este planeta tiene una larga historia que ha sido purificada en numerosas ocasiones. Después de cada ciclo la historia toma nuevas energías y la vida recomienza de nuevo. Son ocasiones constantes de desarrollo que nos permite aprender cada vez un poco más. Son como ciclos de la humanidad que va subiendo peldaños hacia lo infinito. Por tanto, tenemos que admitir que nuestra civilización no ha sido la primera, ni pienso que será la última, y bien sabemos que gran parte de nuestro progreso se debe a las civilizaciones anteriores y no sólo a la inspiración de nuestros sabios, por eso no podemos ignorar que hemos de rellenar nuestro vacío espiritual con la experiencia de nuestros incestos.

—¿Por qué?

—Tú mismo eres una prueba palpable. ¿No aprecias el cambio de mentalidad con la riqueza de la experiencia vivida estos meses?

—Quizás… Pero…

—No hay pero que valga. Y no puede existir otra explicación sino la de cubrir con tu experiencia el vacío de esta generación. De nada te va a servir lamentarte, has sido el elegido, pero eres libre para aceptar tu misión.

Sus palabras le dejaron helado. Oírlo era halagador, pero aún luchaba contra su determinación. En parte deseaba aceptar, pero temía el comprometerse. ¿Cómo estar a la altura de lo que ellos le pedían?

C60 adivinando su lucha interior, le sonrió y le dijo:

 —Te parece que esto es demasiada responsabilidad para ti, ¿no es cierto? Lo comprendo, pero piensa que M95, estaba tan convencida que no dudó en su disposición hasta dar la vida por esta causa.

V71 se puso de pie, para airear su mente, era demasiada tensión acumulada, y como un autómata se dirigió a la ventana dándole la espalda, necesitaba tiempo para asimilar todo aquello. De pronto se volvió y le preguntó:

—¿Por qué a mí? ¿Por qué otro no puede hacer esta tarea?

—No puedo responderte a eso. Tú eres el elegido, es esa tu misión, aunque ignoro como tú el porqué, seguramente serás el primero de un nuevo programa de esta generación, el destino elije sin contar con nosotros incluso a pesar de nosotros.

—Y ¿qué diferencia existe entre Usted y yo?

 —Si, puede que nos parezcamos mucho, por eso entiendo tus sentimientos. Pero tú eres el elegido. Como te he dicho, estoy aquí para ayudarte, pero tú eres el protagonista de ese cambio sociológico que queremos promover. En tu interior se está librando una batalla, pero creo que al final el conflicto se resolverá por sí solo y si aceptas tu destino aquí nos encontrarás para apoyarte, sino me temo que te convertirás definitivamente en un fracasado.

Desesperado sacudió la cabeza y dijo:

—Entonces, ¿no se equivocaba M95 al afirmar que la liberación de la historia se da cuando la persona orienta su vida más allá de la misma historia?

 —Así es. M95 era una fuera de serie. Pero ahora se trata de no perderte a ti.

 —Según esto… Vosotros ya teníais conocimiento sobre S.H. y creéis que es una realidad ¿no?

—Si, algo habíamos ya oído de S.H., por eso se nos ocurrió lo de averiguar a través de vuestra investigación su existencia. Y estamos convencidos de que tiene que ser conocido en esta generación. Hemos descubierto que ÉL está entre nosotros, seamos o no consciente de ello, que camina al ritmo de la Historia y los que le buscan lo encuentran. A veces nos falta sensibilidad para detectar su presencia, pero sigue ahí y procura siempre provocar la manera de ser reconocido. Eso sí, sin forzar, sin manifestaciones raras, respetando la libertad de la persona, pero tarde o temprano siempre seremos capaces de experimentar su presencia si le buscamos con corazón sincero.

—Entonces… ¿Cuál era nuestro verdadero cometido?

—Habéis hecho un buen trabajo. Desde el principio intuimos que M95 iba a reaccionar como lo hizo. Para nuestros planes particulares es una excelente ayuda, sus reflexiones comparando las dos generaciones nos abre un camino para continuar el diálogo con nuestros coetáneos, por eso de ninguna manera queremos que desaparezca ese material.

—Vamos a ver si me aclaro. ¿El Supremo Consejo es una cosa y vosotros otra?

—Si, no todos los dirigentes de este gobierno están de acuerdo con todo lo que estás escuchado en este despacho, pero somos sin duda una fuerza lo suficientemente influyente como para poder llevar a cabo nuestros planes. No todo está perdido en este momento histórico, puesto que nuestro interés por descubrirle hará que seamos levadura y ÉL podrá amasar nuestro presente de modo que lleguemos a ver surgir ente nosotros una nueva humanidad dispuesta a serle fiel y a manifestar su presencia en medio de esta generación.

—Entonces… ¿qué he de hacer?

 —Sigue tu trabajo, entrega lo que ellos quieren, pero toda la información, tal como la habéis ido creando día a día, me la traerás para que desde aquí prosigamos su curso. Si te animas a estar con nosotros volverás al proyecto siendo consciente del sentido último de tu misión, si no te interesa seguir, tendrás que asumir las consecuencias de lo peligroso que es el saber demasiado.

LA ENCRUCIJADA

Hoy nos encontramos ante una situación muy comprometida. Los dos agentes tienen que preparar todo el material para presentarlo al Gran Tribunal, pero la decisión tiene sus riesgos ¿Llegarán a un acuerdo?

Cuando la agente M95 entró en el laboratorio de investigación histórica a la mañana siguiente, V71 ya estaba esperándola.

 —Buenos días —le dijo a su compañero—, ¿Has empezado a trabajar?

—No, te esperaba para hacerlo juntos. Hemos de ponernos de firme a hincarle el diente a todo esto. Es mucho trabajo para tan poco tiempo. Tendremos que esmerarnos y hacerlo con mucha precisión, pues dada la tensión del Tribunal, será examinado con lupa.

M95 le dio la espalda acercándose al ordenador, diciendo a la vez que lo ponía en marcha.

—Esto es muy cruel. Me parece un crimen más grande que el que puedan aplicarnos a cualquiera de los dos o a ambos.

—No me importa tu opinión —contestó gritándole y fuera de sí—. ¡Basta ya de tonterías! No estoy dispuesto a perderlo todo porque te empeñes en seguir con tus ideas y fantasías. Aquí lo que cuenta ahora es salvar nuestro prestigio y reputación. Esto es lo productivo y no me vas a hacer más chantaje.

 Ella se volvió muy lentamente y mirándole a los ojos le preguntó:

—Y ¿qué hay de tu entusiasmo en las últimas investigaciones? Tu comentario sobre los primeros cristianos es una buena aportación, abre un camino interesante para seguir estudiando el proceso que nos ocupa.

—Mira M95, ante todo hay que ser prácticos —le contestó intentando apartar la mirada de sus insistentes ojos—. No vale la pena jugarse el tipo para que otros quizás ni se enteren. Por mi parte lo primero que voy a hacer es destruir cuanto me comprometa. Sólo tú sabrás que en algún momento cometí ese error, pero nadie más. Ni si quiera el Mayor C60.

—¿De verdad? ¿Vas a hacer eso?

 —¡Pues claro! Hay cosas que son mejor olvidarlas.

—Para mí esto se ha convertido en un deber sagrado. Es un imperativo interior que no puedo ni quiero eludir.

—¡Todo esto carece de sentido! —volvió a gritar—. ¿No ves que para ellos resulta ininteligible porque no lo han vivido como tú y en consecuencia será un trabajo inútil e ineficaz tu propuesta?

—¿Por qué? ¿No he cambiado yo y procedo de la misma cultura y mentalidad? Si para mi ha tenido sentido, ¿quién te dice que otros no van también a reaccionar? ¿A caso no estás tú…

No la dejó terminar. Se tapó los oídos a la vez que decía

—Te convertirás en una voz inútil. Nuestro cerebro procede de otro paradigma. Hemos sido desarrollados para otras funciones. Si estas personas que se suponen las más cualificadas de nuestra civilización no te entienden ¿cómo pretendes que lo hagan los demás? No te escucharan.

 —Pero si yo…, nosotros lo hemos entendido.

—¡Cállate! ¡A mí no me metas! —dijo volviendo a alzar la voz y prosiguió —. Tú si quieres puedes cargar con toda la responsabilidad, ¡allá tú! Es el precio de tu libertad, pero esto se está convirtiendo en algo ilícito, es como defraudar la confianza que han puesto en nosotros.

—Pienso pagarles esa confianza dándoles la oportunidad de descubrir el sentido legítimo de ser persona, enseñándoles a vivir con auténtica dignidad humana, mostrándoles el camino verídico para la pura evolución de la humanidad.

—¡Qué ingenua eres! ¿A caso te crees que vas a conseguir algo? Ya has visto como han reaccionados los mejores cerebros de tu sociedad. Antes destruirán el proyecto y a ti con él. Y si sigues con tu terquedad y obstaculizas mi trabajo, seré yo el que te denuncie. Te doy 12 horas. Tú verás qué decisión tomas.

—No necesito ningún tiempo. Pienso mantenerme en esta postura hasta el final. Ya veo que no puedo luchar contra mi destino. Si este es el fin, que sea.

—¡Esto es absolutamente absurdo! Sabes que te necesito, que solo voy a tardar el doble y que tienes que volver parpara continuar con la misión. Pero parece que ya nada te importa y estás bloqueando todo con tu testarudez.

—Mira V71, no te preocupes. Se lo que te está costando esta situación. Yo no te puedo obligar a que tomes una decisión distinta a la que tú libremente quieras tomar. Pero también te ruego que me comprendas y respetes mi postura. Bajo mi responsabilidad no tocaremos nada de nuestro trabajo, más aun, te ruego que revisemos el final, no sea que con las prisas de terminar no esté registrada la última conversación.

—¡Y encima me pides que subraye lo que más me compromete! ¡Esto es el colmo!

—¿No me has oído que voy a cargar con toda la responsabilidad? Tú denúnciame, haz lo que quieras, pero yo misma voy a presentarme ante el Gran Consejo y decirles que me niego a modificar la información que hemos recogido. Tú te librarás de todos los cargos, pero al menos ayúdame a dejarlo todo concluido.

—Está bien, pero sólo con una condición, que borremos nuestra última conversación que es la que más me compromete. No quiero verme implicado en absoluto.

—No seas cruel. Si borras algo que nos abría tan buen camino, pones en riesgo las futuras investigaciones. Mejor será que dejemos las cosas como están y te prometo que me encargaré de defenderte.

 —No sé… Es un riesgo que me cuesta tomar.

—Siempre puedes echarme la culpa. Sabes que mis cartas están sobre la mesa y ya no puedo ni quiero volverme atrás.

ESTOY A LA PUERTA

La puerta es el muro que nos separa o nos comunica con Dios. Lo transcendente de la vida se encuentra detrás de ella. Muchos son los pasajes bíblicos que la mencionan. En nuestro relato también hablo de ella:

»Empezaba a oscurecer cuando llegó. Yo estaba sentado debajo de un pino con un libro abierto. Me había quedado reflexionando sobre unas palabras que acababa de leer y no captaba su significado:

»El forastero entró. Vino para quedarse unas horas y permaneció allí todos los restantes días de vacaciones ¿Qué pasó durante ese tiempo?
»Aquella persona no era ni más ni menos que el mismo S.H. Yo llegué a convencerme de que en él existía un poder superior por el que me sentía atraído, no a la fuerza, sino porque al ir pasando los días se iba creando entre nosotros unos fuertes lazos de profundo entendimiento. Era una relación que iba despertando en mí sentimientos de admiración y confianza. Si al principio me resultó extraño y sospechoso, poco a poco me sentía más cómodo y sereno. Su
fuerte personalidad me daba seguridad. La amistad que me ofrecía me llenaba de entusiasmo y me impulsaba a grandes empresas. Si me hubiera pedido conquistar el mundo no hubiera dudado en aceptar el cometido. Fueron unos días irrepetibles, que me llevaron a descubrir facetas de mí mismo hasta entonces insospechadas.
»Fue ahí donde me lancé a dar un nuevo sentido a mi vida. Él mismo me ayudó a optar libremente por un comportamiento responsable en mi inserción social concreta. Este era el sentido personal de mi paso por la historia, tomar en peso mis posibilidades influyentes como educador de las próximas generaciones.

»¡Este era el reto de mi existencia! Y acepté. No era un proyecto fácil, pero me arriesgué.

‘Bueno Andrés, estamos en la última noche, hoy cenaremos juntos y ya no me volverás a ver físicamente, aunque yo estaré contigo siempre porque te he inculcado mi espíritu. Como puedes ver, no he estado contigo estos días para transmitirte unos conocimientos, sino para despertar en ti unos sentimientos, unas motivaciones que llenen lo más profundo de tu ser con la energía de mi propia causa. Hemos creado unos lazos de amistad que te comprometen a serme fiel, a no fallarme porque yo cuento contigo y lo último que espero de ti es que me defraudes. Has llegado a entender que ese misterio que te atrae y te compromete es algo real. Ahora sabes que posees un tesoro inagotable que tienes que ir descubriéndolo y conquistándolo, no sólo para ti, sino para cuantos se relacionen contigo. Pues todos habéis sido llamados, pero cada uno tiene su puesto y su misión, como obreros de un proyecto común.

‘Te he elegido para que anuncies todo esto a tus hermanos. Te hago mi profeta. Yo cuento contigo para que tu mundo sea más fraterno y construyan entre todos, el camino hacia la felicidad.

El que te escuche, a mí me escucha. El que te rechace, a mí me rechaza. Y el que a mí me rechaza, rechaza al que me envió. El que no está conmigo está contra mí.

Mi Reino irrumpe con violencia. Y los que se esfuerzan lo conquistan.

Mira que te envío como oveja entre lobos. Sé, pues, prudente y precavido, pero confía en mí y no les tengas miedo.