UN PROYECTO VITAL

¿Cómo reaccionó Andrés después de aquella experiencia, de aquél encuentro que cuestionaba su existencia? Pues primero de todo buscó consejo y ayuda en alguien que le merecía confianza, seguro de su comprensión y apoyo. Su amigo Juan.

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Así, hoy te invito a leer la conversación que mantuvieron Juan y M95 una tarde de los primeros días de la estancia de esta entre ellos:

—Yo estaba aún terminando mis estudios cuando un día Andrés me habló de sus inquietudes y planes. Yo me entusiasmé con la idea y juntos soñamos en hacer algo interesante. Ya sabes, los ideales de la juventud, que parece que somos los llamados a transformar el mundo. Desde entonces, comencé a frecuentar este barrio aun antes de ordenarme sacerdote. Aquí empecé mi experiencia profesional antes de estar ejerciendo oficialmente. Ya ves, lo que empezó como una idea bonita hoy es una realidad que llena de pleno nuestras vidas.

—¿Has hecho trabajo en otros lugares?

—Sí. Empecé oficialmente trabajando como coadjutor en una parroquia de un pueblecito de la provincia, pero como ya estaba muy cogido por todo esto, en cuanto pude pedí el traslado y ya llevo diez años entre esta buena gente.

—Y entonces. ¿Andrés empezó antes que tú?

—La verdad es que él contó conmigo desde el principio, como amigo y colega siempre nos hemos entendido, aunque físicamente no me encontrara aquí, él me contaba y consultaba todo y yo procuraba hacer alguna que otra escapada para echarle personalmente una mano.

—¿Qué dices tú a mí de Andrés?

—¿A qué te refieres?

—El otro día él me dijo el cambio de su vida por una persona que fue a visitarlo hace unos años. Que se llamaba… ¿Cómo dijo…? …

—¡Ah! ¿Te lo ha contado?

—Sí, pero yo no entender mucho.

—Son muchas las cosas nuevas que una forastera puede encontrar en nuestro vivir. No porque sean raras sino porque vamos siendo capaces de comprometernos en serio, con un construir la Historia desarrollando lo mejor de la humanidad y esto cada vez está resultando más ajeno a la cultura relativista que nos invade. Ayudar a la gente a ser feliz compromete a ir colocándola en su auténtico sitio, sabiéndose aceptada y valorada tal como son. Todo esto, aunque es más humano que su contrario, parece que cuesta mucho descubrirlo, por eso, los que hemos tenido la gracia de darnos cuenta de su valor, tenemos la responsabilidad de comunicarlo a todo el que lo quiera escuchar. Esto es lo que descubrió Andrés y lo que le hizo tomar ese camino. Su proyecto de vida cambió desde aquel encuentro y aunque a veces parece que externamente todo sigue igual, sus motivaciones son otras.

—¿Y qué hacéis Andrés y todas estas personas?

—Él fue el primero, luego nos contagió poco a poco a los que le conocíamos o trabajaban cerca de él. Fuimos descubriendo por su convencimiento, que la vida tiene otro sentido más allá del tener, el placer, el poder, el egoísmo… Como supondrás, la personalidad de Andrés, que tan original te resulta, su madurez, su gran riqueza interior, es el resultado de estos años, viviendo entregado a esta causa. No es que a la vuelta de aquellos días de vacaciones ya era lo que es ahora, pero aquel encuentro marcó el principio de un camino. Fue un hacerse poco a poco, un ir calando las experiencias que iba viviendo interiormente, un ir descubriendo cada vez con más lucidez el sentido de su existencia, hasta profundidades insondables, dejándose interpelar por esa voz interior que le conduce hacia el cumplimiento cotidiano de su misión en la vida.

—¿Y esto le hace el líder de la gente?

—Así es. Su misión se la marcó aquel encuentro, pero como todo comienzo, poco a poco se ha ido convirtiendo en lo que es hoy. El tiempo y su postura de permanente fidelidad a este ideal, ha ido rotulando su persona. Su sentido existencial tiene una única meta que le da capacidad para impulsar todos los elementos que constituyen su personalidad.

—Pero él tiene naturaleza de líder ¿no?

—Mira, S.H. no modifica la naturaleza, todos somos llamados a cumplir una misión concreta en la vida, pero sólo los que con generosidad se entregan en una fidelidad cotidiana, son los que pueden alcanzar la satisfacción de su plenitud existencial.

—Esto me parece mucho difícil y comprometido.

—Así es. La respuesta es sin condiciones. Es una empresa de por vida, que te implica en todas las demás decisiones que vayas tomando a lo largo de tu existencia. Es hacer una opción radical para ser fiel a alguien que te invita a hacer tuya su causa. En esta decisión uno se juega la vida, pero te aseguro, por experiencia personal, que vale la pena. Hace cinco años, Andrés se casó con una joven de las más comprometidas en el proyecto, se llama Sara. Tienen un hijo de cuatro años y una niña de quince meses. Sara trabaja en la biblioteca municipal, situada en el edificio que el Ayuntamiento ha creado como centro cultural del barrio. Supongo que ya lo habrás visitado ¿no?

—Sí, estuve el otro día. Andrés quería conociera a Sara.

—Pues bien, como te iba diciendo, Sara trabaja allí prácticamente desde que se abrió el centro, y Andrés también colabora en el pabellón de “artes y oficios” como instructor de mecánica, esa es su afición, todos los sábados pasa la mañana entre motores y grasa. Además, lleva un seminario permanente de formación sobre “Autoconocimiento e integración social”. Pero ellos se saben con una misión más profunda, comprenden que han sido llamados a colaborar en la construcción de la Historia desde lo cotidiano, según el proyecto del Señor. Se saben implicados juntos en ir proclamando el secreto de la auténtica felicidad de todos los que se cruzan en sus vidas.

—Y, ¿cómo saber Andrés que no es víctima de la manipulación de aquel ser superior?

—Mira, el Señor llama, elige, pero respeta la propia autonomía, somos libres de aceptar su propuesta, no nos presiona ni nos manipula, sencillamente pide nuestra libre colaboración en sus planes de conducir la Historia. Porque sabemos que el mundo y el hombre les pertenecen, que él es EL SEÑOR DE LA HISTORIA, pero busca quién le ayude libremente. Él mismo ha dispuesto el tener que valerse de nosotros para llevar a cabo su plan, por eso, llama al hombre, lo interpela en sus actitudes, impulsa sus decisiones positivas, le ayuda a tomar una opción, le facilita el camino, pero respeta totalmente su respuesta, porque le quiere libre y responsable absoluto de su futuro, no esclavo. Sólo cuando descubrimos que para Él se nos ha dado la vida, podemos conducirnos hacia nuestra auténtica meta.

Juan concluye el perfil de Andrés diciendo:

—Verdaderamente, en estos años Andrés ha ido formando su personalidad. Aquella experiencia espiritual ahondó en los cimientos de su existencia y ha ido madurado profundamente por su relación de amistad con el Señor. Él entro en su vida experimentalmente, compartiendo sus más íntimos sentimientos y motivaciones. Una amistad que va creciendo con los años. Una relación que es inédita en cada individuo y que no es fácil ponerle palabras porque va más allá de lo tangible. Las respuestas vitales de Andrés son dadas desde un estado permanente de su vivir atento ante los intereses y planes que el Señor le va marcando en su jornada cotidiana. Él se sabe amigo y colaborador incondicional por la causa del Señor y como tal actúa siempre.