UNA MIRADA EXISTENCIAL

Hoy quiero acercarme a la novela buceando en lo más profundo de su mensaje existencialista.

Estas personas viven convencidas de lo que creen, porque saben que esta es su misión existencial. Para eso Dios les dio la existencia. Su fe les impulsa a llevar una vida coherente y tratan de ser fieles al dictamen de su recta conciencia.

Ante esto, la reacción de M95 a lo largo de aquellos meses, frente a las diversas experiencias que iba viviendo, no se hace esperar

¿Por qué? ¿Qué es lo que le ha llevado a esta conclusión? La respuesta la tenemos en el testimonio de unas vidas coherentes, convencidas de el sentido de su existencia transcendental

CONSTRUYENDO HUMANIDAD

No existe una fuerza transformadora más poderosa que la educación para acometer los derechos humanos y la dignidad, erradicar la pobreza y lograr la sostenibilidad. En suma, construir una nueva humanidad.

Este programa que se va desarrollando a lo largo de las páginas de la novela, tiene como base una educación humanizadora para todos, como el mejor camino para construir un futuro mejor, basado en la igualdad de derechos y la justicia social, el respeto de la diversidad cultural, la solidaridad internacional y la responsabilidad compartida, aspiraciones que constituyen aspectos fundamentales de la sociedad que queremos ir implantando en la futura generación.

Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos, es el objetivo nº4 de la Agenda 2030. La promoción humana y la transformación social, mediante la educación y la cultura, desde las responsabilidades profesionales y familiares, nos llevará a una sociedad estable y equilibrada y más feliz.

“Muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero, ante todo, la humanidad necesita cambiar. Hace falta la conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido por todos. Esta conciencia básica permitiría el desarrollo de nuevas convicciones, actitudes y formas de vida. Se destaca así un gran desafío cultural, espiritual y educativo que supondrá largos procesos de regeneración” . (Papa Francisco en Laudato Si)

Los defensores de esta propuesta tienen mucho terreno que caminar aún. Porque la defensa a ultranza de la democracia, la libertad, la paz, el progreso, la solidaridad y los derechos humanos. Son valores con los que debemos ir alimentando a nuestros niños y jóvenes para ir construyendo la sociedad que proponemos.

HACIA UNA NUEVA SOCIEDAD

 La propuesta de la novela nos invita a reflexionar sobre la promoción humana y la transformación social mediante la educación y la cultura, Una educación integral, que abarque toda la persona y no solo un aspecto de esta y que debe comenzar por los padres, porque ellos son básicos en el proceso educativo.

La educación es la base de tantas cosas, sobre todo del despertar de la dignidad humana. Con todo ello iremos formando los pilares que sostendrán nuestra sociedad.

No podemos pasar indiferentes ante una sociedad que arroja por la borda herramientas como el diálogo, el rigor intelectual, la capacidad crítica, la reflexión, el respeto a la verdad, o la dimensión ética de la existencia… todos estos bienes son lo que alimentan y fortalece una sociedad democrática. Por eso no debemos olvidar estos valores en nuestros programas educativos.

El Papa Francisco en el documento sobre educación INSTRUMENTUM LABORIS, donde busca hacer un Pacto Educativo Global, señala unas pautas que son la traducción concreta de una visión y de un pensamiento expresados con frecuencia en sus discursos. Él parte de la base de que “educar es un acto de esperanza”. Un acto de esperanza porque “pensar la educación, es pensar en las generaciones futuras y en el futuro de la humanidad”.

NUESTRO PROYECTO PEDAGÓGICO

Hoy quiero comenzar esta nueva entrada con una aportación del pensamiento de Benedicto XVI en la Carta a la Diócesis y a la ciudad de Roma sobre la urgente tarea educativa del 21 de enero de 2008. Sus consideraciones siguen siendo actuales:

«Todos nos preocupamos por el bien de las personas que amamos, en particular por nuestros niños, adolescentes y jóvenes. En efecto, sabemos que de ellos depende el futuro de nuestra ciudad. Por lo tanto, no podemos no dar el máximo por la formación de las nuevas generaciones, por su capacidad de orientarse en la vida y de discernir el bien del mal, y por su salud, no sólo física sino también moral. Ahora bien, educar jamás ha sido fácil, y hoy parece cada vez más difícil. Lo saben bien los padres de familia, los profesores, los sacerdotes y todos los que tienen responsabilidades educativas directas. Por eso, se habla de una gran “emergencia educativa”, confirmada por los fracasos en los que muy a menudo terminan nuestros esfuerzos por formar personas sólidas, capaces de colaborar con los demás y de dar un sentido a su vida»

Esta es la raíz que argumenta mi pensamiento sobre el valor de la educación en las personas y en las sociedades; por ello el primer discurso del director del colegio en la apertura del curso fue:

“Nuestro proyecto pedagógico sólo tendrá éxito si el profesor está convencido de ello y tiene un control pleno de la situación.

Ya sé que es mucho pedir para los nuevos, pero todos habéis leído el reglamento y en teoría aceptáis esta filosofía del centro. Uno de nuestros principios es el hacer agradable la autoridad de los profesores a los ojos de los alumnos, y esto lo conseguiremos si ellos están convencidos de nuestro amor y entrega, si cada uno se siente amado y respetado en su persona, si se saben siempre alentados y apoyados por sus profesores, no les costará seguir sus propuestas. Que le demos confianza y certeza para que nos obedezcan seguros de que esto es lo que más les conviene para satisfacer sus necesidades e intereses. Nuestra autoridad moral ha de ser tal, que nunca se sienta el alumno forzado por nosotros a hacer lo que le pedimos que haga. Si les persuadimos diciendo que estamos convencidos de que ellos quieren hacer lo que les presentamos, si les mostramos nuestra desilusión por fallarnos, si nos sentimos apenados al sufrir una decepción ante nuestras expectaciones respecto a sus respuestas, el resultado puede ser más eficaz que cualquier castigo. No significa esto que la autoridad desaparece o que pierde su fuerza, sino que hemos cambiado de método y en vez de forzar, sólo nos interesamos por persuadir y sugerir lo que nos interesa que el alumno acepte libremente porque partimos de la premisa de que siempre obramos según su provecho y conveniencia y esto ellos lo detectan si lo hacemos de corazón. Que se convenzan de que cuanto se le ofrece es digno de aceptarlo porque es lo mejor para su bienestar. Como aquello de que al niño se le da una medicina que le gusta porque se la presenta envuelta en agradable caramelo dulce. Ya sé que esto es un riesgo porque puede sonar a manipulación de la voluntad del alumno, pero como partimos de que sólo y exclusivamente actuamos movidos por el auténtico amor que les profesamos, no cabe el proceder de otro modo, pues sólo queremos actuar por su propio bien”

FIELES AL PROYECTO

Es indiscutible que Dios al crear a la persona humana tenía el proyecto específico de confiarle su colaboración en su plan creador.

Él cuenta con nosotros para llevar a cabo su programa progresivo del desarrollo histórico, y para ello nos creó hombre y mujer, ”creced y multiplicaros”

¿Qué leemos en varios momentos de la novela?

Esto quiere decir que tanto el hombre como la mujer tienen sus funciones específicas en el proyecto creador y que nos toca reconocerlos, aceptarlos y ser fieles a la misión concreta de cada persona.

Puesto que hoy se presentan tantas propuestas, ante la familia, lo femenino…. Un tema muy relevante en la novela es el valor que se da a la maternidad. En el programa existencial de la mujer, la propuesta de ser madre se presenta como plenitud de su realización como persona. ¿Qué siente una mujer embarazada?

Todo ello  tiene que ver mucho con los sentimientos de la mujer ante la realidad, su comprensión, su sensibilidad, su afectividad, … son sensaciones sin duda propias de su instinto maternal

¿Cómo reacciona M95 cuando escucha todas estas cosas?

¿Hacia dónde vamos?

¿Es este el futuro que queremos?

EL TIEMPO DE LA HISTORIA

A estas alturas, espero que os hayáis dado cuenta de que toda la novela tiene sus raíces en el mensaje bíblico. En ella he tratado de narrar cómo me imagino que podría ser la presencia de Dios en el aquí y ahora de nuestra sociedad . Por eso desde la primera página ya leemos

Y a continuación, se introduce la presentación de toda la novela con estas palabras

Toda la trama de la aventura se sitúa en este tiempo que nos ha tocado vivir, donde Él quiere ser el SEÑOR de la HISTORIA.

Por eso, más adelante, al introducirnos en el cuerpo de la narración, nos sorprende este texto

Si este es nuestro TIEMPO, tiempo que está llamado a ser HISTORIA SAGRADA si dejamos que él sea el SEÑOR.

He querido tratar de crear escenas ambientadas en el presente, pero a la vez, los personajes pueden ser identificados con aquellos testigos apasionados de Jesús hace dos milenios… Gente creyentes y precisamente por ello atentos y escrupulosos en ir construyendo una historia a su estilo con las herramientas de su tiempo histórico. Hemos de intentar vivirlo así aquí y ahora, dejarnos impactar, sorprender, asombrar, conmover por la mirada y las palabras del Señor de la Historia, para encontrarnos con él,  que es el auténtico corazón de la fe cristiana.

Por todo escribí la novela ansiosa porque surja en nuestro interior el mismo talante de identificarnos con aquellos que se dejaron atraer por él a lo largo de la Historia y que supieron poner su propia vida como garantía de su testimonio al ser fieles a la persona de S.H.

Por último, me atreví a terminar la narración de la novela con la misma palabra que concluye el LIBRO SAGRADO como un grito lleno de esperanza

CAMINOS NUEVOS

Andrés y Juan, una vez convencido de lo que habían descubierto y de que gratis lo habían recibido, se convirtieron en profetas y mensajeros y no dudaron en lanzarse a hablar a la gente de buena voluntad que se encontraban en su camino, de su experiencia del encuentro con Dios.

Su testimonio y su coherencia de vida eran como brotes de savia que invitaba a escuchar y seguir.

Hablaban de cambio de vida, de apuntarse a la justicia , la paz, la solidaridad como caminos nuevos para ir creando una historia donde todos pueden tener la oportunidad de ser felices.

Es necesario convencernos de un cambio de actitudes, poner en el centro de nuestra existencia los valores que dignifican a la persona y vivir en actitud constante de luchar por el bien como experiencia de ese Dios que nos habita en lo mejor de cada uno.

Hay que dejarse tocar por Dios, convencidos de que Él nos busca y nos espera en la vida cotidiana, en las familias, en los grupos de trabajo. Hemos de desarrollar en nosotros el compromiso a favor de las personas, de ir creando un mundo mejor en actitud constante.

En definitiva, una novela basada en hechos reales, mostrando al mundo y a la historia cómo el ser humano está creado por amor y para amar. El amor es algo que no nos debería dejar indiferente. Ya seamos cristianos, agnósticos o ateos, puesto que es lo que más dignifica al ser humano. Es lo único capaz de colmar nuestra felicidad. “AMA Y HAZ LO QUE QUIERAS”.

LA PROPUESTA

Cuando llevas en el corazón la certeza de lo que has visto y oído, sientes la necesidad urgente de compartirlo con otros, de comunicar y contagiar a cuantos te rodean eso que hierve en lo más profundo de tu ser, ese reconocer que el encuentro con Jesús, hoy como hace dos mil años, es real y eficaz. Es, en fin, el ofrecer lo que gratuitamente has recibido.

Porque te sabes mensajero y testigo de alguien que has conocido y que te ha dado un mensaje para todos.

Porque todos somos llamados. No hemos sido engendrados por mera unión de los elementos sexuales de nuestros padres, sino que, ellos fueron instrumentos de Dios para que naciera una nueva criatura con una misión concreta en la vida, nuestra libre colaboración en sus planes de conducir la Historia.

LO QUE HEMOS VISTO Y OÍDO

El Evangelio no es solo una historia del pasado o un cuento edificante con buenas enseñanzas morales. El propósito de la Palabra de Dios no es tanto hablar a nuestras mentes, sino que el propósito es el encuentro. Sin encuentro, el Evangelio sigue siendo una historia que leo, que me habla de un Maestro que ofrece enseñanzas sobre la vida pero que no me llega a lo más hondo de mi existencia.

En la entrada anterior os resumía el encuentro de Andrés. Hoy os presento el encuentro de otro de los protagonistas, Juan, el sacerdote del barrio.

Cuando M95 se encontrón con él se sorprende porque la imagen que ella traía de los curas no era tal como él se presentaba.

Recordemos sus palabras:

Yo tenía alguna idea sobre esta figura ya legendaria en nuestra cultura, pero me temo que mi información no corresponde a las vivencias de estas gentes. En mis estudios aprendí que el sacerdote era una persona segregada, solitaria y autoritaria. Un cacique espiritual que mantenía su poder atemorizando a la gente con amenazas de una vida eterna en medio de tremendos tormentos y calamidades si no cumplían. Se creía poseedor absoluto de la verdad y por ello actuaba con una autosuficiencia que más que convencer inspiraba un temor reverente. Engañaba a sus súbditos con supuestos poderes mágicos prometiéndoles la inmortalidad y la felicidad eterna si le eran fieles, manteniéndole económicamente y sirviéndole sin condiciones, sometiéndolos de una manera abusiva, servil y dictatorial.

Pero este sacerdote parece que no sigue este esquema. ¿Por qué?

Porque había sido también tocado por le encuentro. Y es que cuando te encuentras con el Señor en su Palabra, nace y crece un sentimiento, que ya no te deja ser la misma.

Esto es lo que le ocurrió a Juan:

Porque no basta solo con leer, no basta con escuchar, pues muchas veces ocurre que leemos un pasaje del Evangelio y luego lo volvemos a leer, y no pasa nada. Pero un día, al escuchar o releer ese mismo pasaje, nos toca el corazón y comprendemos la profundidad de lo que hemos leído o escuchado. Cogemos el Evangelio, leemos algo y en un momento determinado el Señor se revela, se manifiesta y vivimos la experiencia espiritual única del asombro, y es entonces, cuando experimentamos que el Señor se manifiesta y llena todo nuestro ser.

» Y COMENCÉ a surcar nuevos senderos donde dar  a mi existencia otro sentido más interesante que el hecho de vivir sólo para tener, dominar o simplemente para disfrutar de una forma vacía.

Necesitamos encontrarlo vivo hoy en su Palabra y en los rostros de quienes nos mueven a verlo,  para ir descubriendo lo que significa amar, acoger, escuchar… ser misericordiosos y libres como Jesús, en lugar de correr tras el poder, la ambición, las estructuras de una sociedad donde no hay espacio para él.

Por eso después de ver cómo actúa y cómo responde la gente de su persona, M95 ser atreve a decir:

Pero no me encaja toda la información que traigo con la personalidad de Juan. Es íntimo amigo de Andrés, y juntos comparten el liderazgo de este colectivo social. Es un hombre que se ha ganado el cariño de todos y tiene entre ellos una autoridad moral que nadie discute, pero parece ser que no es en absoluto ni impositivo ni dominante, sino todo lo contrario, convence por su entrega y coherencia de vida.

Juan sabe que tenemos que encontrarlo, buscándolo en el presente, a nuestro alrededor. Es necesitamos encontrarnos con Jesús vivo hoy, es importante escuchar y ver a Jesús en los Evangelios y descubrirlo en los rostros de las personas que tratamos en lo cotidiano. Es una cuestión de corazón, de miradas, de conmoción que llega a las entrañas, es descubrir más su persona que su doctrina.

Concluye Juan con estas palabras

» Cada día, antes de comenzar la jornada, nos ponemos a la escucha del espíritu del Señor. Él es el que nos comunica estos buenos consejos y nos enseña a vivir ese día desde un discernimiento comunitario, a la luz de la palabra del mismo Señor. Es ahí donde cogemos fuerzas para el caminar cotidiano. Estos momentos diarios de escucha y de intercambio con los hermanos convocados por el espíritu, es lo que alimenta nuestra vida interior y da energía a toda nuestra jornada»

Este es el secreto: No hay fe sin encuentro, porque la fe es el encuentro personal con Jesús. Porque solo así podremos transmitir lo que hemos visto, oído, lo que hemos experimentado, recogido y vivido de él. Solo así seremos testigos creíbles.

LA PUERTA

Nuestra fe parte del encuentro personal con Jesús. El cristianismo no trata tanto de una doctrina como de una persona. Nuestro credo no es solo una lista de artículos de fe, sino una persona viva: Jesús , alguien concreto. Por ello, toda reflexión existencial no puede desvincularse de Él sin perder inmediatamente su sentido transcendente.

De aquí que nuestra historia comience por la experiencia de alguien que descubrió el MISTERIO y no dudó en ponerse a la escucha del SEÑOR DE LA HISTORIA -JESUCRISTO-

Toda historia humana cobra su sentido pleno cuando entra por la PUERTA y toma el único CAMINO que le lleva hacia su plenitud.

El Evangelio, la buena noticia, es que por Jesús descubrimos cuanto necesitamos conocer para dar sentido transcendente a nuestra vida.

Podemos conocer todos los dogmas, podemos ser católicos ilustrados, pero sin un contacto constante con Él seguiremos siendo cristianos solo en la cabeza, y la fe no bajará al corazón, no habitará en lo más profundo de nuestro ser. La existencia humana cobra todo su sentido cuando descubre su dimensión espiritual.

Porque para ser verdaderamente cristianos es necesario, que el Verbo, es decir, la Palabra baje y venga a habitar en nosotros.